A contrarreloj!
Decía Antonio Machado
en una de sus más famosas citas “Despacito y buena letra, que el hacer las
cosas bien, importa más que el hacerlas”, de esa frase nos surgen visiones
opuestas sobre la importancia de la inmediatez, sobre las dudas entre lo
bienintencionado y la necesidad, sobre las urgencias de un presente demoledor.
Tengo claro que esta sociedad, y más concretamente su cultura, sufren la
enfermedad de la inmediatez, las gentes luchamos día a día a contrarreloj, a
cara de perro en una búsqueda casi desquiciante de un equilibrio entre la
actuación y el razonamiento. A contrarreloj te levantas para lavarte, vestirte,
desayunar, trabajar, trabajar, más trabajar y ya si eso descansar. Y para eso
no has de tener necesariamente un contrato laboral, si no lo tienes, la lucha
aún es más inmediata porque deja de ser solamente eso y se convierte en una
necesidad vital. Se premia la cultura de la inmediatez en contra del
pensamiento y la razón. La cultura de la inmediatez, la tendencia de tener que
realizar determinadas actividades en un tiempo corto y sin espera. Posiblemente
el propósito de la inmediatez sea la comodidad y el bienestar de las personas.
Sin embargo, una sociedad que se encuentra inmersa en la inmediatez vive
rutinas prolongadas, le teme a las innovaciones y por lo tanto es muy
conservadora. Así mismo, está limitada en términos de medios de comunicación y
sistemas de educación ya que todo debe trasmitirse con éxito en un periodo muy
corto. Armand Mattelart, un reputado sociólogo belga establece que el
“presentismo” de la inmediatez ha impedido entregar una información a partir de
la cual se tome distanciamiento para ver dónde están las verdaderas causas de
los acontecimientos.
La maquinaria política actual entiende muy bien de eso, el
alcalde tiene cuatro años para cambiar la ciudad con un proyecto que tiene
tanto de viabilidad como de empatía social, su dedicación inmediata será
llenarse los bolsillos y asegurarse un futuro. El corrupto sabe que la justicia
es lenta y que en la inmediatez de la información su caso se perderá en el
tiempo y como mucho será juzgado por la historia. Cuando eso llegue, piensa, su
cuerpo servirá de abono en algún cementerio. El publicista de turno cree
posible que su anuncio, realizado en una semana, será una revolución en el diseño visual, así
piensan también el columnista o el arquitecto con sus obras. El atleta tiene
seis meses para mejorar su marca y el albañil, media semana para acabar el muro
de carga. La ciudad deja de ser
importante, el arte pasó a mejor vida, las personas dejan de ser substanciales
y todo, todo por la pasta: El dinero nunca duerme. Como reza el título de
Oliver Stone, y es la verdad más absoluta de todo lo escrito en esta editorial.
Vamos despacio porque vamos lejos, decía uno de los lemas
del 15M al que me adhiero porque como decía Machado importa hacer las cosas bien pero no me
olvido que mientras duermo, el dinero sigue despierto en manos de la usura y la
codicia.
Y en eso andamos, entre las urgencias y las razones.
La Mirada Sucia. A contrarreloj!!
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