Arte, acción, escándalo, cultura, capitalismo,
compromiso, diferentes términos sobre una misma cuestión. ¿Podemos cambiar las
estructuras sociales de este mundo sin cambiar su cultura y su arte?
Personalmente creo que no puede haber revolución social sin revolución
cultural. Por todas partes podemos leer hoy en día que el arte se ha integrado
por completo en la Economía, que es el arte quien estimula el deseo de
consumir, que la creación ha quedado totalmente atrapada en el mercado, que las
prácticas artísticas son ahora el modelo hegemónico de la producción de riqueza
capitalista y otras cosas por el estilo. Ahora bien, existen experiencias,
situadas a medio camino entre el arte y el activismo social, que se las
ingenian para resistir ante esta realidad. De esta resistencia surge, como
veremos en La Mirada Sucia de esta noche, una nueva estética socialmente
comprometida. Un tipo de creación con una nueva responsabilidad política: la de
establecer imaginarios posibles e inventar dispositivos críticos que nos sirvan
para socializarnos, para crear comunidad, para adquirir subjetividades
distintas a las ofrecidas por la publicidad.
Se instaura así el término artivismo,
neologismo surgido de las palabras arte y activismo y teóricamente utilizado para referirse a las
obras que participan de ambos intereses. Proyectos colectivos que entienden el
arte como relación social. Intervenciones artísticas en el consumo, guerrilla
de la comunicación, formas creativas de movilización y protesta; propuestas
críticas cargadas de humor y desobediencia, nuevas narrativas capaces de
alterar los signos y códigos establecidos
Una marca que se apropia de todas las demás (Yomango); un
falso New York Times que anuncia el fin de la guerra en Irak;
un ejército de payasos que se enfrenta a la policía cargado de burla y humor (C.I.R.C.A);
dos tipos que se cuelan en las reuniones de la Organización Mundial del
Comercio y ridiculizan sus políticas desde dentro (The Yes Men);
el record mundial de gente gritando "No vas a tener casa en la puta
vida"; un grupo de superhéroes que transforma la precariedad en
un superpoder; un centro comercial convertido en cancha de deporte para la
protesta y la denuncia (Urban Decoy). Un grupo de personas que
cantan, bailan e interpretan el flamenco desde el espacio sagrado del
capitalismo, una ruptura de los signos desde un púlpito inesperado y a la vez
perfecto, un nuevo escenario de creación donde lo artístico abandona,
definitivamente, la epistemología del sujeto individuo, lo individual, y pasa a
convertirse en un sujeto colectivo. Este nuevo sujeto creador hace de la vida
cotidiana una fuerza capaz de apropiarse de cualquier signo, reinterpretarlo,
alterarlo y devolverlo de nuevo a la circulación transformado en una
herramienta social plenamente activa, Flo 6x8 representa un ejemplo perfecto de
propuesta artivista.
Todo esto y mucho más es Arte y activismo, una
colección de prácticas artísticas que son, antes que nada, una relación social.
Lo dejó dicho Bruce Lee: "La
acción es nuestra relación con todo."
La Mirada Sucia. Activismo.
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