sábado, 21 de diciembre de 2013

La Mirada Sucia, Viñetas y Bocadillos, 19/12/2013





La página dividida verticalmente en dos viñetas, derecha e izquierda, que forman
una unidad, sin relevantes diferencias entre ellas, muestra un panorama desolador:
familias desahuciadas, desesperación en rostros desencajados y penumbra en el ánimo.
Mientras, como flashback de un pasado en que aún los políticos no gozaban del
descrédito actual, se nos muestran recuerdos de una memoria que hace aún más
dolorosa la situación.
Esta es la metáfora visual con que da comienzo Beowulf de David Rubín y
Santiago García, y aunque describa el inicio de un poema épico que probablemente
tenga más de mil años de antigüedad, se nos antoja punzantemente actual. Casi nos
parece ver a Luis de Guindos, primero al mando de Lehman Brothers en esa época en
que dicen que vivíamos por encima de nuestras posibilidades aunque muchos
contásemos las monedas para pedir una caña de un modo similar al que lo hacemos
ahora. A él le vemos regocijándose en la opulencia, escribiendo en la prensa peroratas
acerca de la conveniencia de invertir en lo que luego vimos que no era más que basura,
negando la existencia de un monstruo llamado burbuja inmobiliaria. Al fondo no
dejamos de verle, ahora con gesto adusto, portando la cartera de una economía que
sigue siendo de subsistencia (la nuestra) o puntera (la suya) según se mire.
Porque lo cierto es que con la crisis nos han jodido hasta tal punto que a lo mejor
añoramos la manera en la que nos daban por culo antes.
- Usaban vaselina, nos oiremos decir como el que repite una lección
entonándola una y otra vez.
- Teníamos casa, coche, trabajo, un armario repleto, un gadget de última
generación...
- Hipoteca, hipoteca, explotación, necesidades creadas...
Jugábamos al capitalismo llevando por mano un farol y pensábamos que íbamos
a hacer saltar la banca. Pero no es que apostásemos excesivamente fuerte, eran ellos, al
otro lado de la mesa, los poderosos, los que continuaban subiendo y subiendo el envite:
- Veo tu precio del metro cuadrado de suelo por las nubes y subo 50 más.
- Veo tu carrera universitaria desembocando en un trabajo de becario y subo a
que las prácticas no sean remuneradas.
- Veo los precios de telecomunicaciones, de luz, de agua, de cesta de la compra
y otras necesidades básicas por encima de la mayor parte de las naciones de Europa y
subo las 100 pesetas a un euro.
Todo desembocaba en la sodomía del trabajador y ahora quieren que lo
recordemos como si el capitalismo tuviera bonanza y crisis cíclicamente en lugar del
más apropiado análisis de que tiene bonanza y crisis por estratos. La tierra de las
oportunidades lo es de verdad para el que no nace al sur del río, para el que no sueña
que es pobre y vive cargado de deudas, para el que tiene donde caerse muerto.
Cuando se celebran 50 años del nacimiento de Mafalda, me parece oír el
retumbar de sus carcajadas tras leer la definición de democracia. Risa perpetua, como lo
parece nuestra condena ahora que pronto volverán los camiones blindados con
manguera a presión a tratar de disolver nuestra disconformidad. Volverá "el sifón"
mientras abandona a estos azules la tinta barata con que camuflaron sus grises
uniformes. Volverán las batallas campales por nuestros derechos o la represión más
feroz, la que muchos nunca conocimos. La distopía tendrá que adivinar futuros más
audaces para no parecer una novela de Joe Sacco. Y en medio de todo esto, cuando
parezca que no pueden aborregarnos más, que han tensado la cuerda hasta su ruptura,
llenaremos calles iluminadas de absurdo encantamiento para buscar consumir sin
sentido y perpetuar un sistema que, como el diablo, ha conseguido hacer que creamos
que no existe.

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