viernes, 29 de noviembre de 2013

La Mirada Sucia, Artivismo, 28/11/2013




Arte, acción, escándalo, cultura, capitalismo, compromiso, diferentes términos sobre una misma cuestión. ¿Podemos cambiar las estructuras sociales de este mundo sin cambiar su cultura y su arte? Personalmente creo que no puede haber revolución social sin revolución cultural. Por todas partes podemos leer hoy en día que el arte se ha integrado por completo en la Economía, que es el arte quien estimula el deseo de consumir, que la creación ha quedado totalmente atrapada en el mercado, que las prácticas artísticas son ahora el modelo hegemónico de la producción de riqueza capitalista y otras cosas por el estilo. Ahora bien, existen experiencias, situadas a medio camino entre el arte y el activismo social, que se las ingenian para resistir ante esta realidad. De esta resistencia surge, como veremos en La Mirada Sucia de esta noche, una nueva estética socialmente comprometida. Un tipo de creación con una nueva responsabilidad política: la de establecer imaginarios posibles e inventar dispositivos críticos que nos sirvan para socializarnos, para crear comunidad, para adquirir subjetividades distintas a las ofrecidas por la publicidad. 
Se instaura así el término artivismo, neologismo surgido de las palabras arte y activismo y teóricamente utilizado para referirse a las obras que participan de ambos intereses. Proyectos colectivos que entienden el arte como relación social. Intervenciones artísticas en el consumo, guerrilla de la comunicación, formas creativas de movilización y protesta; propuestas críticas cargadas de humor y desobediencia, nuevas narrativas capaces de alterar los signos y códigos establecidos
Una marca que se apropia de todas las demás (Yomango); un falso New York Times que anuncia el fin de la guerra en Irak; un ejército de payasos que se enfrenta a la policía cargado de burla y humor (C.I.R.C.A); dos tipos que se cuelan en las reuniones de la Organización Mundial del Comercio y ridiculizan sus políticas desde dentro (The Yes Men); el record mundial de gente gritando "No vas a tener casa en la puta vida"; un grupo de superhéroes que transforma la precariedad en un superpoder; un centro comercial convertido en cancha de deporte para la protesta y la denuncia (Urban Decoy). Un grupo de personas que cantan, bailan e interpretan el flamenco desde el espacio sagrado del capitalismo, una ruptura de los signos desde un púlpito inesperado y a la vez perfecto, un nuevo escenario de creación donde lo artístico abandona, definitivamente, la epistemología del sujeto individuo, lo individual, y pasa a convertirse en un sujeto colectivo. Este nuevo sujeto creador hace de la vida cotidiana una fuerza capaz de apropiarse de cualquier signo, reinterpretarlo, alterarlo y devolverlo de nuevo a la circulación transformado en una herramienta social plenamente activa, Flo 6x8 representa un ejemplo perfecto de propuesta artivista. 
Todo esto y mucho más es Arte y activismo, una colección de prácticas artísticas que son, antes que nada, una relación social.
Lo dejó dicho Bruce Lee: "La acción es nuestra relación con todo."
La Mirada Sucia. Activismo.

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