viernes, 31 de enero de 2014

La Mirada Sucia, A Contrarreloj 30-01-2014




A contrarreloj!
 Decía Antonio Machado en una de sus más famosas citas “Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”, de esa frase nos surgen visiones opuestas sobre la importancia de la inmediatez, sobre las dudas entre lo bienintencionado y la necesidad, sobre las urgencias de un presente demoledor. Tengo claro que esta sociedad, y más concretamente su cultura, sufren la enfermedad de la inmediatez, las gentes luchamos día a día a contrarreloj, a cara de perro en una búsqueda casi desquiciante de un equilibrio entre la actuación y el razonamiento. A contrarreloj te levantas para lavarte, vestirte, desayunar, trabajar, trabajar, más trabajar y ya si eso descansar. Y para eso no has de tener necesariamente un contrato laboral, si no lo tienes, la lucha aún es más inmediata porque deja de ser solamente eso y se convierte en una necesidad vital. Se premia la cultura de la inmediatez en contra del pensamiento y la razón. La cultura de la inmediatez, la tendencia de tener que realizar determinadas actividades en un tiempo corto y sin espera. Posiblemente el propósito de la inmediatez sea la comodidad y el bienestar de las personas. Sin embargo, una sociedad que se encuentra inmersa en la inmediatez vive rutinas prolongadas, le teme a las innovaciones y por lo tanto es muy conservadora. Así mismo, está limitada en términos de medios de comunicación y sistemas de educación ya que todo debe trasmitirse con éxito en un periodo muy corto. Armand Mattelart, un reputado sociólogo belga establece que el “presentismo” de la inmediatez ha impedido entregar una información a partir de la cual se tome distanciamiento para ver dónde están las verdaderas causas de los acontecimientos.  
La maquinaria política actual entiende muy bien de eso, el alcalde tiene cuatro años para cambiar la ciudad con un proyecto que tiene tanto de viabilidad como de empatía social, su dedicación inmediata será llenarse los bolsillos y asegurarse un futuro. El corrupto sabe que la justicia es lenta y que en la inmediatez de la información su caso se perderá en el tiempo y como mucho será juzgado por la historia. Cuando eso llegue, piensa, su cuerpo servirá de abono en algún cementerio. El publicista de turno cree posible que su anuncio, realizado en una semana, será  una revolución en el diseño visual, así piensan también el columnista o el arquitecto con sus obras. El atleta tiene seis meses para mejorar su marca y el albañil, media semana para acabar el muro de carga.  La ciudad deja de ser importante, el arte pasó a mejor vida, las personas dejan de ser substanciales y todo, todo por la pasta: El dinero nunca duerme. Como reza el título de Oliver Stone, y es la verdad más absoluta de todo lo escrito en esta editorial.

Vamos despacio porque vamos lejos, decía uno de los lemas del 15M al que me adhiero porque como decía Machado  importa hacer las cosas bien pero no me olvido que mientras duermo, el dinero sigue despierto en manos de la usura y la codicia. 
Y en eso andamos, entre las urgencias y las razones.
La Mirada Sucia. A contrarreloj!!

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